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Esperanza: la Esencia de Vivir la Cuaresma al Máximo

Durante el tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a tomar tiempo y meditar sobre las cosas que nos dan alegría y esperanza en nuestras vidas. Meditar sobre cuáles son los objetivos finales de nuestras vidas. Durante la Cuaresma también se nos invita a fortalecer nuestra relación con nuestro Señor Jesucristo a través de los sacramentos, la limosna y la oración. Nuestra esperanza es que al final de este viaje, podamos vernos a nosotros mismos como mejores personas. Nos dejamos transformar en el corazón de nuestro Señor, para que mi corazón llegue a ser como su Sagrado Corazón.


Durante la Cuaresma exploramos en lo profundo de nuestros corazones cuales son las cosas que nos traen alegría y satisfacción. A medida que exploramos y llegamos a conclusiones, las colocamos frente a nuestro Señor y vemos si esto está de acuerdo con Su voluntad para nuestras vidas. ¿Está mi alegría y esperanza en mí mismo o en cosas que no están en línea con los valores cristianos? ¿O es eterna mi esperanza? ¿Qué tengo que cambiar en mi vida para vivir esos valores cristianos? La oración, la participación en los Sacramentos son los momentos durante estos cuarenta días que deben fortalecer nuestra determinación de ser más como Cristo.

A través de pequeños actos de caridad, podemos proclamar nuestra esperanza y llevar esperanza a quienes nos rodean.

La limosna es la forma en que nosotros, como cristianos, damos testimonio de nuestra transformación. No está solo en dar dinero a los pobres, sino también en dar de nuestro tiempo y de nosotros mismos al extraño y al más necesitado que está a nuestro alrededor.  A través de pequeños actos de caridad, podemos proclamar nuestra esperanza y llevar esperanza a quienes nos rodean.


San Agustin en su Tratado No. 10 nos dice:

Bendecimos al Señor nuestro Dios, que nos ha congregado para la alegría espiritual. Estemos siempre en la humildad de corazón y nuestro gozo esté en él. No nos inflemos por ninguna prosperidad de este mundo, sino sepamos que nuestra felicidad no existe sino cuando esto haya pasado. Por ahora, hermanos míos, nuestro gozo esté en la esperanza; por así decirlo, nadie goce en la realidad presente


Semana III de Cuaresma “si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante.” Luke 13:1-9





Con la justificación son difundidas en nuestros corazones la fe, la esperanza y la caridad, y nos es concedida la obediencia a la voluntad divina..”

CIC 1991




¿Qué obras de Caridad has realizado esta semana?

  1. ¿Con tu rostro?

  2. ¿Con tus palabras?

  3. ¿Con tus acciones?

  4. ¿Con tu oración? 


    Meditacion:

    ¿Qué aprendiste sobre tu persona esta semana?


Oración del Peregrino de Esperanza

Concédeme, Señor tu Espíritu Santo, para que pueda, como Maria, que fue al servicio de su prima, yo también ir al servicio de mis hermanos necesitados. La fuerza de San Jose Sanchez del Rio, para no negar mi fe y dar testimonio aunque sea difícil. La alegría de la Beata Chiara Badano, para que aun cuando mi vida no sea perfecta, pueda ayudar a los demás. La firmeza de Santa Gema Galgani, para no caeren en la tentación ni dejar al enemigo turbar mi fe. Y la convicción de fe de San Carlo Acutis, que pueda reconocerte en mis hermanos siempre. Dame la gracia de este año Jubilar de conviertir mi corazón al tuyo esta cuaresma. Amen.



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